Distribución y conservación de los anfibios y reptiles de la provincia de Ciudad Real
(Castilla-La Mancha, España)
Se presenta la distribución provisional de los anfibios y reptiles de la
provincia de Ciudad Real, se han localizado 13 especies de anfibios (4 urodelos y 9 anuros) y 21 reptiles (2 quelonios, 11 saurios y 8 ofidios).
La provincia de Ciudad Real tiene una herpetodiversidad de las más importantes de la Península Ibérica, pese a la escasez de efectivos eurosiberianos.
A lo largo de 1998 se realizó el atlas de anfibios y reptiles de la mitad occidental de Ciudad Real, habiéndose prospectado las comarcas naturales de Montes de Toledo, Montes de Ciudad Real, Valle de Alcudia, Sierra Morena Occidental y Campo de Calatrava.
Dentro de estos grupos podemos encontar importantes amenazas que influyen directamente en la conservación de las especies de la provincia de Ciudad Real.
-Incendios: Tienen especial importancia la quema de zarzales, setos, junqueras, pastizales, etc., ya que es una práctica muy extendida entre agricultores y ganaderos durante los meses de otoño e invierno y supone una importante perdida de hábitat de numerosas especies como culebras, lagartos, lagartijas y eslizones.
-Uso de biocidas: el uso cada día más intenso de herbicidas e insecticidas en la agricultura y en la lucha contra plagas forestales, supone que anualmente se arrojen al campo toneladas de estos productos, que afectarían a los anfibios y reptiles por medio de la disminución de recursos tróficos (insectos), por contaminación del hábitat que ocupan, especialmente importante en zonas húmedas (charcas, arroyos, lagunas, ríos, etc.) y por afección directa al consumir presas previamente contaminadas por estos productos.
-Trabajos selvícolas: Las tareas selvícolas que se llevan a cabo en el monte , especialmente en los cultivos de pinos y que generalmente conllevan el desbroce de matorrales, supone una importante alteración del hábitat de numerosas especies de reptiles.
-Alteración de zonas húmedas: Las zonas húmedas se encuentran entre los medios más sensibles a su alteración y a la vez uno del los más transformados por el hombre, siendo frecuente en la provincia la realización de encauzamientos de ríos, desecación de lagunas y pequeñas charcas, limpieza de márgenes, construcción de pequeñas presas, canalizaciones de arroyos, sobreexplotación del acuífero 23, drenaje de bonales, extracción de áridos en márgenes de ríos, contaminación de arroyos y ríos y vertidos de sólidos en prados encharcadizos. Todas estas actuaciones conllevan la destrucción, en muchos casos irreversible, del hábitat de anfibios y algunas especies de reptiles como galápagos y culebras de agua.
-Infraestructuras: La fiebre "desarrollista" que aqueja a los dirigentes de Ciudad Real está conllevando que actualmente se estén realizando, o se tenga pensado realizar, numerosos proyectos de construcción y mejora del trazado de carreteras, a los que acompañan otros de construcción de embalses, trasvase, aeropuerto, parque temático, etc. y que en su conjunto, suponen una de las principales causas de destrucción del medio natural en la provincia, debido al fuerte impacto que suponen y a la magnitud de los proyectos.
-Atropellos, piscinas y pasos canadienses: Estas "trampas accidentales" suponen la muerte de numerosos ejemplares de anfibios y reptiles, bien por atropello en carreteras o por capturas en piscinas y pasos canadienses. Se han detectado como de especial importancia los pasos canadienses que no tienen desagüe y que se encuentran próximos a ríos y arroyos, siendo frecuente la captura principalmente de anuros. Las piscinas de pueblos pequeños que con frecuencia se encuentran a las afueras, suponen para los anfibios una zona húmeda a la que acudir a reproducirse y en la que quedan atrapados. Por último, los atropellos se han detectado como una de las causas más importantes de mortandad de anfibios (principalmente anuros), culebras, lagartos y lagartijas, siendo varios los miles de anfibios y reptiles que mueren anualmente atropellados en las carreteras de Ciudad Real. Se han detectado atropellos de forma habitual en 17 carreteras, adquiriendo una especial importancia en aquellas que cruzan zonas forestales y discurren próximas a ríos, arroyos, charcas o lagunas.
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